Jamie y Stevie estaban emocionadas por su día en la playa. Jamie preparó una bolsa con lo necesario, incluyendo un snack de fruta. El sol brillaba, perfecto para una aventura. Jamie ayudó a Stevie a ponerse su sombrero de playa. Stevie sonrió mientras Jamie le ponía protector solar. Las hermanas se subieron al carro con su mamá. El viaje a la playa estaba lleno de risas y canciones.
En la playa, las hermanas corrieron a la arena. Jamie llenó un balde de colores con arena, mientras Stevie saltaba feliz. Decidieron construir un castillo de arena. Jamie enseñó a Stevie a alisar la arena, creando torres, muros y un foso. Stevie se divertía mucho aprendiendo de su hermana mayor. El castillo de arena crecía y crecía. Las niñas estaban muy orgullosas de su obra.
De repente, vieron un pequeño cangrejo. Stevie chilló de alegría y Jamie se acercó para verlo mejor. Intentaron atraparlo, siguiéndolo en una divertida persecución por la playa. El cangrejo era rápido y listo, escondiéndose bajo las rocas. Las niñas no se dieron por vencidas y siguieron buscando. Jamie y Stevie reían mientras corrían tras el cangrejo. El cangrejo las llevó hasta el agua.
Jamie y Stevie brincaron en las olas poco profundas, viendo cómo el cangrejo desaparecía en el mar. Las olas eran suaves y refrescantes. Las niñas chapoteaban y reían juntas. Jamie enseñó a Stevie a saltar cuando venía una ola. Stevie se divertía mucho aprendiendo. Las niñas disfrutaban del agua y del sol. Después de un rato, volvieron a su castillo de arena.
Jamie y Stevie decidieron construir un foso protector para su castillo de arena. Jamie cavó mientras Stevie traía agua con su balde. El foso se llenaba de agua y el castillo parecía más real. Las niñas trabajaban en equipo y se divertían mucho. Stevie se reía cada vez que el agua salpicaba. Jamie le enseñaba a Stevie cómo hacer el foso más profundo. El castillo estaba cada vez más impresionante.
Cansadas, Jamie y Stevie se sentaron a disfrutar de un picnic en la playa. Jamie sacó los snacks de fruta de la bolsa. Stevie comía felizmente mientras escuchaba a Jamie contar historias. Jamie habló de sirenas y piratas, haciendo que Stevie se emocionara. Las niñas compartían risas y comida bajo el sol. El picnic era el momento perfecto para descansar. Después de comer, estaban listas para más aventuras.
Jamie y Stevie decidieron explorar la orilla de la playa. Encontraron conchas de diferentes tamaños y colores. Jamie le enseñó a Stevie cómo identificar las conchas. Stevie estaba fascinada con cada nuevo descubrimiento. Las niñas llenaron un pequeño balde con sus hallazgos. Jamie y Stevie se imaginaban historias sobre las conchas que encontraban. La orilla estaba llena de tesoros para explorar.
Mientras exploraban, vieron un grupo de gaviotas volando sobre el mar. Stevie señaló emocionada a las aves. Jamie le explicó que las gaviotas buscan comida en la playa. Las niñas se quedaron mirando a las gaviotas por un rato. Stevie intentó imitar el vuelo de las gaviotas, corriendo con los brazos extendidos. Jamie se unió a ella, y las dos reían juntas. Era un momento lleno de alegría y diversión.
Jamie y Stevie decidieron enterrar un pequeño tesoro en la arena. Jamie encontró una concha especial para usar como tesoro. Las niñas cavaron un hoyo cerca de su castillo de arena. Stevie puso la concha en el hoyo y lo cubrieron con arena. Jamie marcó el lugar con una pequeña bandera hecha de palitos. Las niñas se prometieron volver algún día a buscar el tesoro. Era un secreto especial entre ellas.
Jamie y Stevie encontraron unos caracoles cerca de las rocas. Decidieron hacer una carrera de caracoles. Las niñas hicieron una pequeña pista en la arena. Colocaron los caracoles en la línea de salida. Stevie animaba a su caracol mientras Jamie lo hacía con el suyo. Los caracoles se movían lentamente, pero las niñas estaban muy emocionadas. Al final, el caracol de Stevie ganó la carrera. Las niñas celebraron con risas y aplausos.
Al atardecer, Jamie y Stevie comenzaron a recoger sus cosas. Guardaron sus juguetes y el balde lleno de conchas. Jamie ayudó a Stevie a ponerse su sombrero de nuevo. Las niñas echaron un último vistazo a su castillo de arena. Estaban contentas con todo lo que habían hecho. Jamie tomó la mano de Stevie mientras caminaban hacia el carro. Era hora de regresar a casa después de un día lleno de aventuras.
La última página muestra a Jamie y Stevie dormidas en sus asientos de carro. El sol poniente se ve por la luna trasera, iluminando a las niñas exhaustas tras su día en la playa. La mamá de las niñas sonreía mientras manejaba de regreso a casa. Jamie soñaba con sirenas y castillos de arena. Stevie soñaba con cangrejos y gaviotas. Era un día que recordarían para siempre. Las hermanas McLean Zhang habían tenido una aventura maravillosa.
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