Brandon y su gato Cheli decidieron visitar la playa. Les encantaba el sonido de las olas y el tacto de la arena. Brandon preparó una pequeña bolsa con aperitivos y juguetes. Cheli ronroneaba feliz mientras emprendían su aventura.
Cuando llegaron a la playa, buscaron el sitio perfecto. Brandon encontró una zona sombreada bajo una gran sombrilla. Puso una manta para que se sentaran. Cheli empezó inmediatamente a explorar los alrededores.
Brandon decidió empezar a buscar conchas. Caminó por la orilla, escudriñando la arena con la mirada. Pronto encontró una concha preciosa y brillante. Se la enseñó a Cheli, que la olió con curiosidad.
Cheli se alejó un poco más por la playa. Encontró una pequeña piscina de marea escondida. Dentro había pequeños cangrejos y algas de colores. Brandon se unió a ella, asombrado por los tesoros escondidos.
Brandon decidió construir un castillo de arena. Utilizó un pequeño cubo y una pala de su bolsa. Cheli observó cómo Brandon amontonaba la arena. Juntos crearon un magnífico castillo de arena con torres y muros.
Después de construir el castillo de arena, Brandon y Cheli se tomaron un descanso. Brandon abrió su mochila y sacó unos bocadillos. Compartió un bocadillo con Cheli, que mordisqueó pequeños trozos. Disfrutaron de la comida mientras escuchaban las olas.
Mientras comían, se les acercó un grupo de niños. Sentían curiosidad por Cheli y querían jugar. Brandon presentó a Cheli a los nuevos amigos. Pronto, todos estaban jugando y riendo juntos.
Los niños decidieron jugar a la mancha. Brandon y Cheli se unieron, corriendo y esquivando. Cheli era muy rápida y jugueteaba de un lado a otro. Todos se lo pasaron en grande persiguiéndose unos a otros.
Brandon y Cheli decidieron explorar las dunas de arena. Treparon por las colinas arenosas, disfrutando de las vistas desde la cima. Cheli encontró algunas plantas e insectos interesantes que investigar. Brandon hizo fotos para recordar su aventura.
A medida que avanzaba el día, el sol empezaba a ponerse. Brandon y Cheli se sentaron en la manta, observando cómo el cielo cambiaba de color. La puesta de sol era preciosa, con tonos naranjas, rosas y morados. Fue un final perfecto para su día de playa.
Era hora de hacer las maletas y volver a casa. Brandon recogió sus cosas y las volvió a meter en la bolsa. Cheli le ayudó colocando los juguetes en su sitio. Salieron de la playa, contentos y cansados.
Cuando llegaron a casa, Brandon y Cheli estaban listos para irse a la cama. Brandon colocó las conchas que habían encontrado en una estantería. Cheli se acurrucó en su rincón favorito. Ambos soñaban con su maravilloso día en la playa.
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