Brandon se despertó en un paraíso invernal. La nieve lo había cubierto todo. Se puso rápidamente la ropa de invierno. Cheli, su gato Mau egipcio, le siguió hasta la puerta. Estaban listos para una aventura nevada.
Brandon y Cheli salieron al exterior. La nieve era suave y esponjosa. Brandon hizo una bola de nieve y la lanzó suavemente. Cheli la persiguió, abalanzándose con alegría. Ambos rieron y jugaron.
Brandon decidió construir un muñeco de nieve. Cheli miraba con curiosidad cómo Brandon hacía rodar grandes bolas de nieve. Juntos hicieron el cuerpo del muñeco de nieve. Brandon encontró palitos para los brazos y una zanahoria para la nariz. Su muñeco de nieve era perfecto.
Brandon tenía un trineo rojo brillante. Se sentó en él y llamó a Cheli para que se le uniera. Bajaron la colina riendo todo el rato. El viento corría a su lado, haciéndoles sentir vivos. Subieron y bajaron la colina muchas veces.
Después de montar en trineo, Brandon se tumbó en la nieve. Movió los brazos y las piernas para hacer un ángel de nieve. Cheli intentó imitarle, haciendo una forma graciosa en la nieve. Los dos se rieron de sus creaciones. Los ángeles de nieve parecían mágicos.
Brandon y Cheli volvieron dentro para calentarse. Brandon preparó cacao caliente con malvaviscos. Se sentaron junto a la ventana, viendo caer la nieve. Cheli ronroneaba feliz en el regazo de Brandon. Era el descanso perfecto para su diversión nevada.
Después del descanso, decidieron explorar el bosque. Los árboles estaban cubiertos de nieve y parecían de cuento de hadas. Encontraron huellas de animales y las siguieron. Cheli era muy curiosa y husmeaba. El bosque era tranquilo y hermoso.
Cuando el sol empezó a ponerse, Brandon y Cheli se dirigieron a casa. Estaban cansados pero felices de su aventura en la nieve. Brandon sabía que siempre recordarían este día tan especial. Cheli maulló de acuerdo. Ambos estaban impacientes por volver a la aventura.
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